Llegó el momento, Bélgica me espera, el mundial está a la vuelta de la esquina y el bikepacking de vuelta a casa también. Estos últimos días han sido de locos preparando cosas y tratando de tenerlo todo listo, de no olvidarme nada, de tener la bici a punto y de cuadrar muchas cosas. Pero seguro que todo ese trasiego se vería recompensado en cuanto la aventura empezase y en mi caso, lo hacía el viernes 4 de octubre, día en el que ya cogía el vuelo y arrancaba pedaleando desde el mismo aeropuerto de Zaventen.
La bici la había llevado a revisar, cambiar cubierta trasera y dejarla para ir tranquilo.


Como he hecho en otros bikepacking, prepare la suplementación de manera dividida y en esta ocasión en 3 paquetes. 1 para los primeros días y el mundial. Otro para la primera mitad del bikepacking y el último para la segunda parte del bikepacking y que me enviaría a uno de los alojamientos para no ir cargando con todo desde el primer días. No lo parece pero entre barritas, geles de emergencia, algunas gominalas, recuperadores etc...peso y volumen de lo que ocupan en las alforjas, no es poca cosa.

Pues nada empaquetamos bicicleta y una vez cerramos la caja, ya me tranquilizo un poco más.

Para ahorrarme el llevar cosas encima, lo meto todo en la caja menos algo de ropa de recambio por si las moscas y lo que es documentación, cámaras etc. Pero todo lo demás a la caja. Las alforjas o casi todas, intento dejarlas ya cargadas para que así, una vez desempaquete en el aeropuerto, sea montar bici, cargar alforjas, cambiarme y ponerme en marcha.
Para este viaje estrenaría las nuevas alforjas que me envío COLUMBUS y que seguro que me irían de lujo. Si haces click sobre el nombre, accederás a su web y cualquier material que necesites, con mi código de descuento COLUMBISHECTOR25, obtendrás un 25% de descuento.
Llegados a Zaventem, empiezo todo un ritual al que ya estoy muy acostumbrado, pero siempre sorprende a muchos que llegues a destino, recojas una caja de cartón enorme de la cinta de equipajes especiales, empieces a sacar cosas, entre ellas una bici medio desmontada, empieces a montarla allí mismo en una esquina cualquiera de la terminal, y salgas vestido de ciclista por las barreras de control, bicicleta con alforjas en mano😅


Así es como inicio la mayoría de mis bikepackings, el km0 ya desde el aeropuerto. Lo que no había hecho hasta ahora, era en los días previos del auténtico bikepacking, participar en un Mundial de Gravel. Si que como ya había comentado alguna vez, hace unos años hice algo parecido con un Campeonato de España de ciclismo de ruta. Si que fui a disputarlo a la ciudad de Valladolid y al día siguiente, cambié de bici (me llevé las dos, tanto la de ruta para correr como la de cx en la furgo de un colega) y arranqué desde el alojamiento en el que pasamos la noche para regresar a Barcelona (Tiana) pedaleando en 4 etapas muy potentes. Por aquí te dejo el enlace por si le quieres echar un vistazo: Bikepacking Express Valladolid - Barcelona (Tiana)
Pues como decía, salgo del aeropuerto de Zaventem primero he de ir a Hale, sede e inicio del mundial para recoger mi dorsal y una vez hecho eso, seguir a marcha hasta Nivelles, donde tengo el alojamiento para las próximas 3 noches.
Tenía el track en la cabeza y menos mal de eso por que, se me olvido cargarlo en el GPS, así que entre ir tirando de cabeza y la otra opción de seguimiento, fui haciendo km por kla perifería de Bruselas hasta que ya tuve que cruzar la ciudad. Mucho ambiente en sus calles y bueno, no es que vaya sobrado de tiempo, pero tampoco me estreso por ir rápido. Ya en la parte sur de la ciudad me limité a seguir el canal Bruselas-Charleroi y este me llevaría directo a Hale.

El camino por el canal es super fácil y placentero. Además llevo muy buenas piernas y con lo cargadas que va la bici, la verdad que me siento muy bien. Esto me gusta y me da confianza para el domingo. Además relaja un poco la musculatura después del viaje en avión, que no es muy largo, pero te pasas unas horas sentado sin moverte más las caminatas por las terminales.




Fotos de rigor, recogida de dorsales y sin entretenerme mucho, pues ya eran pasadas las 17h y no quería llegar de noche, empiezo a hacer la otra mitad del recorrido que me falta hasta las proximidades de Nivelles. Lo que me queda ahora de camino lo volveré a hacer por lo menos 3 veces más entre mañana y pasado. Mañana por que seguramente venga a Hale rodando para ver el ambiente y si cuadramos, pues verme con Alberto que ya andará por aquí. Y el mismo día de la carrera que ya me servirá de calentamiento. Pero el regreso ya será de otro modo por que la carrera empieza aquí en Hale pero acaba Leuven, a unos 50km, así que en cuanto acabe la carrera, veremos si me regreso pedaleando a Nivelles o cojo un tren.
De momento es viernes así que paso a paso. Ahora llegamos al alojamiento, nos acomodamos, lo ponemos todo un poco en orden y me busco algo para cenar. El hotel no tiene servicio de cenas y lo único que hay cerca, es un restaurante que hacen comida para llevar. Esa opción me venía de lujo por que prefería estar en la habitación cenando tranquilo, así que una pizza ya me haría feliz 😋
El sábado salgo a rodar un rato y me voy para la Hale. Deshago el camino que hice ayer por la tarde y la cosa no empieza igual de bien que acabo ayer. No sé si es el agua del hotel, algo que comí, pero siento raro de la barriga y he ido al baño ya mal. De hecho he salido más tarde de lo que quería por ello.
El día de antes de la competición y levantarte con diarrea, no es para nada lo que estaba en mis pensamientos, pero hay que intentar ponerle solución y seguir pensando positivo.
De camino a Hale paro en una farmacia y compró algo para que me pueda cortar la diarrea y como en el alojamiento ya tengo isotónico, con eso recuperare algo.
Pero los contratiempos no acaban ahí. La cubierta trasera yo se que iba algo justa, mi bici es de ciclocross y no acepta cubiertas anchas. Bueno la mayoría de 40" no me entran pero puse un 38" y con eso pensaba que iría tranquilo. ayer me fue bien, pero es cierto que iba todo el tiempo sentado. Hoy, haciendo algunos amagos de sprint en los que zarandeaba la bici, notaba como tocaba la cubierta en el cuadro y ya estaba que me explotaba la cabeza. El día de antes y estando ya en Bélgica, busca rápido una tienda donde encontrar una opción mejor y pierde el tiempo en ello en lugar de estar rodando tranquilo.
Al final lo solucionamos, pero lo único que hay es una cubierta casi lisa y de 35", vamos de juguete. En fin, no hay otra cosa así que iremos con todo con lo que tenemos. Pero ahora lo que falta es que el malestar que traigo se me vaya.
Me marcho a ver algunas partes del recorrido, pedaleo un rato con Alberto y sus compis del ProtourBCN y ya por la tarde, me regreso al alojamiento para descansar, recuperarme y prepararlo todo.
Compro arroz y pan, no hay muchas más opciones y ahora mismo sólo quiero cenar y acostarme por que no me siento bien, la diarrea sigue y me noto con flojera.
Dejo el mallot con el dorsal colocado, también el del a bici y también la suplementación. Yo no tengo a nadie que me de bidones ni nada en carrera y son 182km, así que saldré con la mochila de hidratación, 2 bidones, y lo necesario para no tener que parar.
Trato de distraerme un rato y tratando de pensar que mañana me levantaré bien pero la realidad es que me levanto de la misma guisa, con mucha flojera, sin ganas casi que de cambiarme y con la preocupación de que encima no me toque hacer un Dumoulin.
Como sea, no hemos venido para quedarnos en la habitación así que, me cambio, descargo todo lo que puedo y echo a pedalear otra vez hacia Hale.
En la línea de salida ya hay mucha gente, incluso algunos allí con sus sillas de camping esperando sentados o familiares con las bicis aguantando de pie para guardar la posición mientras los que van a correr están tumbaditos en otro lado, en la autocaravana. A los pringados nos toca hacérnoslo todo y esperar allí estoicamente jaja.
Me encuentro con Alberto y Ramón. Allí inmortalizamos el momento mientras aguardamos a que nos den la salida que será escalonada por grupos de edad.
Tarda un poco la cosa pero son puntuales. Ya han salido los pros, los elites, los M30 y ahora nos toca a nosotros, los viejóvenes 🤣
182km muy rodadores con repechos, algunas pequeñas cotas, un inicio de locos en Hale, desplazamiento a Leuven y un circuido de casi 50km en el Parque Nacional de Brabante al que le daríamos 2 vueltas para acabar en las calles de la ciudad.
La verdad que el recorrido es espectacular. Estamos en Bélgica y yo soy un enamorado de las clásicas de primavera así que, no puedo estar más contento de estar participando en este mundial pero, por otro lado, no puedo estar más cabreado de ver que, teniendo buenas piernas, habiéndome preparado bien y siendo un perfil de carrera que se adapta perfectamente a mis cualidades, ya me siento vacío antes de empezar y sabiendo que voy a sufrir mucho pero no por disputar la carrera en buenas posiciones, sino por simplemente pedalear dignamente.




Lo paso realmente mal, tengo cero fuerzas desde el km0...así es complicado disputar y disfrutar. Cuando sufres pero por que estas luchando realmente la carrera es una cosa. De ese sufrimiento a soy amigo, que van muchas carreras en mis piernas y muchas que he ganado sufriendo mucho. Raro es ganar sin sufrir. Pero ahora, estoy sufriendo por que no me siento bien, quiero ir rápido y no puedo, no aguanto a los grupos que me van alcanzando, en las bajadas simplemente me dejo caer, las pequeñas cotas se me hacen puertos de primera mu hubiera bajado ya de la bici en el km10. Pero sigo aguantando por que quiero acabar o por lo menos completar toda la primera parte y un bucle entero en Leuven.
Intento quedarme con lo bueno, con el ambientazo, los ánimos incondicionales de la gente y con saber que, de no haber sido por las circunstancias que se han dado, el resultado hubiera sido otro.
En este mismo punto que yo saco un fotograma de un los vídeos que hice, Mathiu Van der Poel hizo el ataque que le daría pocos km después la victoria.
Pero al final, mi cuerpo me dice basta, estoy completamente vacío, sin fuerzas y pensando que además mañana seguiré pedaleando. No tiene sentido seguir así y no quiero castigarme más así que, completo una vuelta y después de pasar por el arco de meta, sigo un poco pero peleándome conmigo mismo, así que, muy a mi pesar, decido parar cuando llevo 135km 😔
Luego espero en meta y veo pasar a alguno de los que tantas veces he visto en Flandes, Roubaix...Van Avermaet
Espero a Alberto que se ha animado y se vendrá conmigo pedaleando. Llega a meta y le felicito por haber acabado y haberlo hecho muy bien. Nos acercamos a donde tienen sus mochilas y tal para recogerlas y ya irnos al tren. Al final vi la opción de regresarnos así mejor por que además de como estoy yo, pues no tenia que cargar con luces, ropa extra y la logística se complicaba mucho.
La otra opción era robar el autocar de Alpecín o el Lamborghini de Van der Poel pero va, con tren iríamos bien 🤣
Llegamos ya de noche, pedaleamos un poco hasta el alojamiento y pedimos un par de pizzas para cenar. Mientras tanto, se ducha ella y luego me ducho yo 😅
Dejo la bici como nueva otra vez y lista para la aventura que nos espera juntos. Sólo espero levantarme mejor mañana y poder pedalear sin problema. Ya no hará falta correr pero si cargar con una bici más pesada y hacer los 165km con 1300m+ que tenia dibujados para la primera etapa.
A las 7:30 estábamos listos para empezar a dar pedales. Habíamos desayunado bien, ido al baño y nos esperaba una etapa por delante con un terreno rompe piernas hasta el km80 y luego ya una segunda mitad mucho más cómoda y rodadora.
No podían faltar los tramos adoquinados que tanto espectáculo dan en las carreras y en esos grandes monumentos de la temporada.
Muchos km así compaginando todo tiempo de terrenos hasta llegar a Hastiè-Lavaux, donde seguiríamos por muchos km, canal de la Meuse conectando el Río Marne con el Rin y Bélgica.
Y además de clásicas, también estamos en zona de la meca del ciclocross. Namur es una los circuitos más prestigiosos de la copa del mundo.
Frío mañanero, carreteras y caminos empapados, un sol que quiere zafarse de las nubes y brillar con fuerza, posibles chubascos a lo largo del recorrido...en efecto, esta es la belleza del paisaje y méteo belga.
No estoy ni por asomo al 100% ni recuperado, pero venía al mundial con mucha fuerza en mis piernas y esa no la he perdido. En los terrenos ondulados puedo apretar, el estómago me está dando algo de tregua. Estos primeros compases le están costando más a Alberto que a mi.
Pero la parte dura ya la hemos superado y ahora queda rodar y muchos km por el canal. Sin forzar mucho la máquina podremos hacer correr a la bici y recuperar un poco la media. No es que vaya pendiente de ella, pero si voy calculando mentalmente todo el tiempo lo que nos queda, a la hora aproximada que llegaremos a destino, que tiempo nos sobrara para preparar las cosas para el día siguiente, lavar ropa si hiciera falta, buscar lugar donde cenar/desayunar....
Pero estamos bien y tras 7h justas de pedaleo llegamos a Charleville Mezières completando así la primera etapa sin incidentes y ambos con buenas sensaciones contando que ayer estábamos disputando un mundial de gravel y que yo estaba con el estómago descompuesto y sin fuerzas.
Bueno, después de cenar de maravilla en un restaurante de la ciudad, nos damos un paseito de vuelta al hotel. Nos llueve y no podemos enredarnos mucho por ahí así que a la habitación y a dormir que el descanso es lo más importante en estos días.
Hoy la jornada nos llevaría hasta Saint Dizier, población y comuna francesa del departamento del Alto Marne. Otros prácticamente 170km con 1800m+ cargados de toboganes y terreno rompe piernas.
Y nos fuimos a la cama 2 pero por la mañana éramos 3 😅🤣. No penséis mal hombre jaja, Joan Horrach, al que mucha gente aficionada al ciclismo ya conoce por verle correr en la tele con los grandes de su época como corredor profesional, se nos unía tras haberse hecho el mismo un promesa. Resulta que él también fue el mundial para correr en la categoría M50 y dijo que sí ganaba, se volvía a Barcelona en bici. Pues ya os podéis imaginar por que estaba allí con nosotros 🤩
Aprovechó el 2x1, ganó el mundial y luego se junto con nosotros que ya tenia yo la ruta dibujada y así los 3 hicimos migas durante unas etapas que estuvieron muy bien la verdad.
De momento estamos teniendo suerte pero la lluvia va acechando y se acerca un frente muy potente que va a empapar prácticamente toda Francia en las próximas horas.
Mientras tanto, nosotros vamos abriendo vía por caminos y carreteruchas secundarias sin apenas cruzarnos con nadie. Sin duda, y mira que ya he hecho unos cuantos viajes en bici, pero por Francia tengo un amor especial. Es el país que parece estar hecho para el cicloturismo y creo que nunca me cansaré de pedalearlo.
Alguna parada para cambiarle al agua al pajarillo y seguimos contándonos anécdotas de la carrera del domingo y historietas de nuestras vidas. Las horas así se pasan rápidas sobre la bici al tiempo que avanzas disfrutando de las vistas de un paisaje rural. Cruzaremos Francia entera de norte a sur así que las estampas irán cambiando y veremos muchas cosas chulas seguro.
Finalmente la lluvia nos acaba cogiendo pero un pequeño bar en un pueblo cualquiera nos brinda la oportunidad de cobijarnos mientras pasa lo peor al tiempo que nos comernos unas ricas hamburguesas y recuperamos un poco el calor corporal.
Estamos en Les Islettes y pasamos por unos de los muchos cementerios que nos encontramos por esta parte de Francia con los restos de más de 2000 soldados franceses que perecieron durante la Primera Guerra Mundial.
Llevamos 100km, tenemos mucho hecho pero hay que seguir y toca dejar la calidez de ese local para salir a pedalear en ese contraste térmico.
Pasamos muchas zonas boscosas en esta última parte del día pero tenemos suerte de no mojarnos antes de llegar a Saint Diziers. El problema que tendremos ahora será encontrar alojamiento y e hecho lo nuestro nos cuesta. Finalmente tenemos que hospedarnos en dos alojamientos distintos y como encima el tiempo ya empieza a empeorar, cenaremos separados también.
Alberto y yo nos quedamos en un hotel y Joan en otro. Por la mañana ya nos juntaremos y decidiremos según se levante el día. Éste no deja de ser un viaje bastante exprés en el que es cierto que no busque los caminos más recónditos y dentro de lo que son mis premisas de ir siempre por caminos o vías secundarias, lo hice de la manera más directa a BCN. Pero claro, cuando no tienes mucho tiempo que perder, que el tiempo pegue un giro así y se prevean jornadas enteras de lluvia, pues como que no tiene sentido estar tantas horas a remojo.
Bueno, de momento vamos a hacer la colada, cenar y cruzar los dedos para que mañana, como tantas otras veces, la cosa cambie y no se cumplan los pronósticos.
Pero nada, por la mañana nos levantamos y la que tenemos encima nos hace replantearnos la etapa y avanzar con tren para no acabar destrozados por la lluvia y el frío. Si fuese verano pues no te importa tanto mojarte, incluso lo puedes medio agradecer según como, pero con las temperaturas que tenemos, ir empapado es sinónimo de no acabar el bikepacking.
Ya he hecho bien los deberes y tenemos la estación de tren allí al lado así que nos vamos a ver opciones.
Aún yendo super preparado para la lluvia con mi gorrito de piscina, pero en tren iríamos mejor hasta Dijon 😅
Es la elección más sensata y para mi, además que no estoy aún recuperado, me vendrá hasta bien descansar. Así que tren y luego un poco de pedaleo para ir al alojamiento que hemos encontrado a las afueras de Dijon. Ahora solo falta redibujar el track para ir a enlazarlo.
Hoy si compartimos un aparta hotel y luego un bufet libre de estos asiáticos en el que nos ponemos hasta arriba.
Estamos en una zona poligonera y para cuando nos despertamos, lo único y más cercano para ir a desayunar, es un McDonalds. Yo soy reacio, yo no sé la de años que no piso uno pero los cafeteros por lo menos necesitan esa dosis mañanera así que ellos hacen el café y yo me como una barrita de las mías. Total con todo lo que llevábamos de la noche anterior 🤣
Acabamos y nos ponemos en marcha. Los caminos de inicio están empapadísimos y dificultan el ir ligeros pero por lo menos arrancamos sin lluvia...aunque no cantemos victoria, hoy nos mojaremos de lo lindo. Hasta Vilafranche Sur Saone tenemos 190km pero a penas 1000m+ en los que emplearemos algo menos de 7h y media de pedaleo.
Joan es un amante del vino y de hecho tiene negocio en Mallorca, así que esta zona por la que vamos ahora, además de la parte paisajística y deportiva que es alucinante, aporta un valor cultural a la ruta que cabe darle su hueco.
Côte-d'Or y Saona y Loira (Saône-et-Loire) son dos departamento vecinos en la región de Borgoña conocidos po sus paisajes y ríos (Saona y Loira), con Côte-d'Or famosa por su cadena montañosa homónima ("la cuesta de oro") y Saona y Loirapor ser un departamento don el Saona y el Loira, donde se encuentra ciudades como Macon y Clon sur Saone, ofreciendo una rica herencia histórica y natural, incluyendo el Maconnais y Beaujolais.
Es una auténtica delicia dar pedales por aquí. Me sorprendo de por donde he conseguido meter el track, vamos literalmente a ratos por mitad de las viñas siguiendo las roderas de los tractorcillos.
Y entre los viñedos llegamos al destacado de la Côte de Nuits, en Borgoña, el castillo de Le Clos de Vougeot es la cuna de la viticultura borgoñona y posee una de las despensas más antiguas de Francia. La historia se remonta al siglo XII, cuando los monjes de la abadia de Citeaux decidieron construir unos edificios para la explotación vitícola. Estos edificios están rodeados por parcelas de viñas delimitadas por un muro de tres kilómetros, por el que el dominio recibe el nombre de Clos (cercado). Un cuerpo principal de estilo renacentista viene a completar el conjunto en el siglo XVI.
Seguimos con muchos km ahora de rodar ágiles. Yo ya estoy más recuperado y ayudo a imprimir ritmo y luego Joan me segundo manteniendo una buena media a pesar de que ya nos va cayendo agua.
Otra vez muchos km e canales y vías verdes que facilitan que vayamos super tranquilos sin preocuparnos del tráfico. La verdad que en ese sentido está siendo un recorrido muy fácil.
Y justo antes del puerto del día, bueno una ascensión ya más sostenida que en total tendrá unos 6-7km, llegamos a la localidad de Cluny, donde se encuentra la reconocida Abadia que lleva su mismo nombre y la La Orden Benedictina fue clave en la estabilidad conseguida por la sociedad europea del siglo XI, y, en parte debido a su estricta adhesión a un código benedictino reformado, Cluny se convirtió en el monasterio reconocido como ejemplo del estilo de vida monacal en Occidente desde finales del siglo X
Nosotros que no somos muy eclesiásticos, nos dedicamos a buscar un sitio aquellas callecitas con encanto par comer algo rápido y la verdad que me sorprendió más que hubieran tanto sujetadores colgados en esta calle que la propia Abadía 🤣
Salimos de allí comidos y con 120km en las piernas. Subimos la cota que acaba en Le Bois Clair y ponemos rumbo a la conexión con el Río La Saone, el cual seguiremos desde Varennes lès Macon, km150 aproximadamente, hasta el final de la jornada, casi 40km más al sur.
Joan marcando el ritmo y los 3 muy ligeros. La verdad que vamos andando rápidos y cabe recordar que vamos bastante cargados. Alberto y yo bastante más que él pero todo y con eso volvemos a superar los 25km/h de media.
Ya para cuando estamos ya cerca, doble pinchazo de Alberto que no ve un hierro que había en el camino y revienta las dos ruedas.
No obstante nada que no se pueda reparar, aunque tardamos una viaje. Y hasta aquí nuestra compañía. a Joan le viene a buscar una amigo mallorquín cerca de Lyon así que, nosotros seguimos nuestra marcha y el hoy ya acabará en otro lado. Un placer haber compartido estos ratos y km contigo Joan, quizás coincidamos más adelante en otra aventura 😉
Alberto y yo nos vamos al alojamiento y buscamos un sitio donde lavar bien las bicis que pobres hoy han quedado...
Luego una cena rica, esta vez en el propio alojamiento y que bien oye, así no hay ni que salir.
Ya estamos en el ecuador del viaje y para mañana tenemos otros 185km con 2050m+ que se concentran prácticamente todos en los primeros 100km.
Hoy nos vamos a Le Pouzin, por debajo de Valence y a orillas del Río Ródano, cerca del Parque Natural de los Montes de Ardèche.
De inicio duras rampas y un tramo que decidimos varias por que el camino está impracticable. HA caído muchísima agua y son más que charquitos lo que nos encontramos. Acabamos de empezar y dejar las bicis llenas de barro que luego nos dará problemas no vale pena y enlazamos un poco más adelante por un tramo de carretera.
Esta zona es más accidentada y ya se van encadenando tramos de subidas más largas y constantes al mismo tiempo que vamos pasando por pueblos con mucho encanto.
Esquivamos Lyon y pasamos por otro Parque Natural el de Pilat, entre los departamentos de Ródano y Loira. Un espacio inmenso con paisajes variados en donde se alternan bosques de abetos y hayas, pastos, laderas cubiertas de viñas, vergeles… Un territorio preservado que alberga una extraordinaria fauna y flora.
Justo antes de llegar a contactar con las aguas del Ródano, un descenso con unas preciosas vistas vitícolas sobre la localidad de Ampuis así como su castillo.
Ahora seguimos el curso del Ródano, lo cruzamos en Ampuis y lo volvemos a hacer en Tournon sur Rhône en el km140 aproximadamente.
Seguimos la marcha a uy bien ritmo y el día de momento está radiante aunque el viento nos va molestado. Pasamos también cerca de Valence pero igual que con Lyon, la evitamos por completo y es que las ciudades grandes, si puedo, es lo ultimo que me gusta ver en este tipo de viajes. No nos perdemos nada y encima nos ahorramos el trasiego de l tráfico denso y peligroso, que ya sabemos que en las ciudades la gente va más alterada al volante y nosotros nos somos el mejor amigo en el asfalto para ellos.
De lo que no nos libramos es de otro pinchazo de Alberto, bueno suyo no de la rueda delantera de su bici a la que le cuesta sellar y estamos un rato parados a pie de carretera tratando de solucionarlo
Pero bueno ya estamos cerca y vamos bien de tiempo así que sin problema. Acabamos llegando a Le Pouzin y encontramos in Ibis al otro lado del río en el que hay habitaciones libres, así que allí nos quedamos. Hoy ha ido la cosa muy bien y hasta hemos podido rodar de manga corta, eso sí son bastante viento, pero en la parte final mucho mejor. Se agradece mucho que después de ir con tantas capas, gorritos, braga...puedas pedalear así con solete y la comodidad de ir con poca ropa.
Pero esto ha sido un espejismo, no ha durado mucho y mañana nos lo cobrarán caro. Por el momento disfrutamos de una cena tranquila en el hotel y un buen descanso.
Antes de las 8 ya estamos en marcha otra vez, queremos aprovechar el día y tratar de retrasar el máximo lo que tiene pinta de ser un sí o sí...que sí, que nos volvemos mojar y mucho!! 🤬
Parada rápida para avituallarnos un poco y en marcha!!





Pasamos por Montelimar pero para ello, primero cruzamos el Ródano por el Puente de Rochemuare, un puente histórico suspendido que funciona como punto de cruce para la ruta ciclista ViaRhôna, permitiendo a peatones y ciclistas atravesar entre los departamentos de Ardèche y Drôme.
Luego nos empezamos a alejar del río, vamos dirección de Saint Quentin la Porterie y viene una zona montañosa justo cuando recibimos una alerta en el móvil.
Para entonces ya nos había empezado a llover, habíamos hecho una pequeña parada para ver si era una nube pasajera que nos dejara continuar, y lo parecía, pero yo tenía claro que la cosa acabaría descarga no en un momento u otro y si nos metíamos en la zona ya más montañosa, en caso de tromba de agua, sería más complicado encontrar donde refugiarnos.
Lo intentamos, seguimos dando pedales y empezamos a subir un puerto pero nada, en cuando ya vamos más por la montaña empieza a llover. Seguimos, nos estamos poniendo perdidos y llega un momento que vemos que no tiene sentido, nos queda aún un buen trecho y es que viendo el radar, estamos metidos de lleno en el meollo y será por horas.
Nada, toca volver a improvisar, reculamos y buscamos un planB para seguir moviéndonos. Lo negociamos mientras tomamos algo que nos haga entrar en calor.
Estamos en Bagnols sur Cèze y tenemos una estación de tren allí cerca. Podemos pasar la tormenta y hoy irnos directos a Montpelier. No me seduce mucho la idea de ir a un sitio grande pero es donde encontramos alguna opción de alojamiento y que nos dejará donde íbamos a acabar con la bici. Así podremos seguir el track mañana.
Nos fastidia bastante pero, las cosas son como son y ni tenemos más días ni tampoco la necesidad de estar todo el día bajo agua que ya nos hemos mojado bastante en este viaje. Cruzamos los dedos por que ya nos toca poder ir tranquilos y con los impermeables en el fondo de la alforja.
Bueno, pues para Montpelier, encontramos un alojamiento en el centro que la verdad que es de los que no recomendaría. Pero es lo que nos queda más cerca de la estación. Sigue el tiempo jodido y no es plan de andar por ahí buscando con más lluvia.
Después de dejar las bicis a buen recaudo, darnos una ducha y cambiarnos, salimos a cenar. Ambos estamos convencidos de darle un buen empujón mañana si no llueve y desquitarnos de este día. Mañana convencidos de llegar a Cataluña a no ser que la cosa se gire. Vamoooos!!!
Suena el despertador, y nos organizamos para salir, pero está lloviendo. El rain alarm dice que la nube pasará así que esperamos un poco aunque es un rollo por que hoy, justo hoy que queremos darle un super mordisco al mapa y necesitamos horas, acabamos saliendo a las 9:30.
Lo bueno es que, si no nos molesta el viento, por delante 200km prácticamente llanos, luego ya, para pasar a Cataluña nos tocará remontar algo. En total acabamos haciendo 240km con 1200m+ manteniendo la media de 25km/h de los días anteriores.
Esta etapa me encanta, un sin fin de carriles bici super agradables, pasos por pueblos costeros, y zonas que hacía mucho tiempo quería conocer. Siempre que pasaba a Francia por la Ap7 y veía esas marismas, me daban ganas de perderme por allí y descubrir si había caminos o algo para recorrerlas. Pues ahora ya sé que sí le dimos un buen meneo al Parque Natural Regional Narbonnaise en Méditerranée, que se extiende sobre una gran parte del Narbonnaise en el Mediterráneo (alrededor de 80 hectáreas), es excepcional en más de un sentido. Compuesto por las Corbières Maritimes y un vasto complejo de lagunas, representa en Francia uno de los últimos grandes parajes naturales conservados, de esta magnitud y esta diversidad, al borde del Mediterráneo.
Esta rica zona de gran biodiversidad alberga una flora y fauna excepcional, espacios naturales, paisajes de viñedos, pueblos y aldeas, zonas de convivencia de múltiples caras.
Pasamos por todas las lagunas, yo creo que no nos dejamos ni un sólo estanque...La de Vic, la de Thau, el de Bagnas, el Estagnol, el de Vendres, el de Pissevaches, el de Mateille, el de Gruissan, el de Campignol, el de Bages, el de Ayrolle, el de Peyriac de Mer, el de Sigean, el de la Palme, el de Leucate y por último el de Canet Saint Nazaire.
Con este grupo nos echamos unas risas, un grupo de colegas que andaban también viajando en bici, no algo tan largo como nosotros y no sé si tan sano, por que llevan una borrachera buena 😅. La verdad que fueron muy simpáticos, nos entendimos a medias...francés y encima balbuceando 😅
Sólo había que ver lo que llevaban en el portabidón jajaja
Bueno un rato cómico y seguimos. Estamos "cerca" ya de casa
Ahora nos queda dejar la costa en Banyuls sur Mer y hacer un tramo muy bonito que va ligeramente ganando altura hasta que al final se encarama de verdad con unas últimas rampas de aupa. Hacía mucho que no venía por aquí pero me lo conozco bien. Nos quedan unos 35km , de los cuales los últimos 20 ya son bastante favorables, aunque tiene pinta que los haremos ya de noche.
Alberto se encarga de buscar alojamiento y hoy acabamos en Sant Climent de Sescebes. Nos quedan un km ya nocturnos por la bonita Serra de la Albera, algunos repechos y mucha paz por aquí arriba. Ya estamos en Cataluña, estamos en casa y ya con esa sensación de haber conseguido el reto. Pero nos queda un día por delante y hay que llegar a Blanes y Tiana, a nuestras casa físicas.
Ya podemos parar el Garmin, estamos en el pueblo. Alberto habla con la propietaria de la casa, una mujer mayor encantadora que nos indica como llegar y donde podremos cenar algo. Aquí ya los horarios son los nuestros, pero el pueblo no es grande y no hay mucha oferta.
Para ser la última noche, acierto total con la casa. Está de maravilla y es para apuntársela para hacer un fin de semana por aquí por que la zona da para ello.
Pues nada, duchados y acicalados, nos damos un paseo tranquilamente por el pueblo hasta llegar al único bar que nos hará unos bocadillos para cenar. No hay más, pero nos basta. Tenemos la sensación de tener la faena hecha y que mañana casi que ni habrá que pedalear para llegar a casa, pero la realidad es que nos queda un trecho 😅. A mi concretamente casi 160km y otros 1200m+, que haré bastante directo y sobre todo, cuando lleguemos a Blanes, donde ya se quedará Alberto, yo seguiré por la nacional que casi la puedo hacer con los ojos cerrados 🤣
El día se levanta feo, encapotado pero nosotros vamos felices como perdices. Lo hemos conseguido y ya estamos pedaleando por carreteras y caminos conocidos. Hoy finiquitamos esta aventura, otra más y parece que ya normalizamos hacer cosas como estas. Pero la verdad es que no todos los días uno se vuelve desde Bélgica en bici.
Pues llegamos a Blanes y nos despedimos. Alberto vive aquí y ya aparca la bici. A mi aún me quedan unos 60km hasta Tiana que haré ya solo. Ha sido un placer noi!! Ya te lo dije en el de Málaga pero te lo repito, gracias por que hacer cosas así con alguien no pone nunca pegas ni problemas, es un regalo. Suelo viajar solo pero cuando haces un bikepacking con alguien así, que lo pone todo fácil, no se queja si tiene hambre, llueve o hace frío y que además en la parte deportiva, hace que se pueda ir ágil y que no le importe hacer etapones en los que estés casi todo el día encima de la bici...pues eso, gracias!!!!
Ahora sigo ya solo y por la nacional voy ligerito como si viniera de aquí al lado y con una bici de carretera que no pese lo que esta.


Llegamos y super contento, otro bikepacking más y este año es el cuarto. La verdad que podría pasarme todo el año así. Me encanta esta manera de viajar aunque no será todo el año así, estoy super agradecido de poderme compaginar estas cosas en casa, que me entiendan y me den cancha para hacerlas. Nos marchamos un viernes y al domingo de la siguiente semana después de comer, estaba en casa. Por medio, un mundial de gravel y casi 1500km de aventura a lomos de una bicicleta. Esta pasión es algo que me llena y me hace realmente feliz. Mientras estoy por ahí con la bici no pienso en las cosas perturbaciones del día a día, lo negativo y sólo me centro en emborracharme de imágenes, de paisajes, de buenos momentos, de momentos de superación y aunque echo de menos a los míos, siento que estoy haciendo algo especial por lo que ellos también sentirán orgullosos y por los que también espero, que mi pequeñaja se sienta atraída y quien sabe, el día de mañana sea ella la que se vaya de casa en bici para conocer mundo. Quien sabe si quizás un día también pueda yo iniciarla en este mundillo y de sus primeras pedaladas con alforjas conmigo...ojalá que sí!!!🤩


Y ya estamos en casa, todo vuelve. su ritmo normal por que cuando estoy así fuera, es como vivir en un paréntesis temporal. Pasan sólo unos días pero tan intensos, que parece mucho más tiempo.
Ahora toca desnudar otro vez la bici, dejarla como antes de marcharnos y prepararla para las próximas escapadas. Y yo, pues lo mismo, me quito el traje de viajero y ya vuelvo al modo de...semana laboral, poco tiempo libre y deseando que lleguen los fines de semana...Seguimos!!!

Y una vez más no me quiero ir sin dar las gracias a los que me apoyan en todas estas aventuras.
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